Récords, pero sin excelencia
Cuando la etapa de Pep en el banquillo azulgrana se terminó, muchos temieron por un fin de ciclo, por el fin de una etapa gloriosa marcada por la excelencia futbolística. Aún se preocuparon más cuando el escogido para relevar a Guardiola era Tito Vilanova. Pocos creían en él, lo veían poco experimentado y sin capacidad de liderazgo como tenía Pep. Creían también que las comparaciones con el técnico de Sanpedor serían constantes y perjudiciales para su trabajo. Sin embargo, muchos pensaron que él era la mejor opción. Conocía la casa, la plantilla y llevaba cuatro años al lado del mejor técnico de la historia del Barcelona.
Tras casi cuatro meses liderando una entidad como el Barcelona, una plantilla potente y aguantar la presión desestabilizadora constante desde Madrid, Tito ha callado bocas, ha mantenido la ilusión y ha batido récords. Este Barcelona 2012/2013 pasará a la historia como el equipo con mejor inicio de campaña (hasta que alguien lo supere) con 13 victorias y un empate en estas 14 jornadas de Liga. 40 puntos, pudiendo superar el registro de 52 en 19 jornadas que Pep estableció en su segunda campaña. 48 goles en Liga, haciendo el mejor registro desde que Pep llegó al banquillo. En Champions se ha clasificado con cierta facilidad como primeros de grupo y en la Copa se ha superado la eliminatoria contra el Alavés. El único "pero" son los goles que encaja el equipo.
Tito también sabe que sus ruedas de prensa iban a ser analizadas. La elocuencia, el carisma y la oratoria de Pep eran (y son) inigualables, pero Tito se está manejando como pez en el agua siendo muy claro, directo y respetuoso (aunque si le buscan las cosquillas no se callan). La afición azulgrana está satisfecha con Tito, sin lugar a dudas, pero hay un sentimiento raro: no hay tanta excelencia.
Es curioso. El año que mejor empieza para el Barcelona desde hace cinco años, que más se gana y más distancia hay con el eterno rival y con el segundo en la Liga (11 y 6 respectivamente), es cuando la gente echa de menos esa superioridad en el terreno de juego, esas manitas, esa excelencia en el juego. Si no contamos el partido frente al Athletic, el de Vallecas, el de Levante y alguno más, la realidad es que este Barcelona, pese a llevar récord goleador y de puntos, no deja la misma sensación de excelencia que en épocas pasadas.
Esta temporada se sufre más, se encajan más goles y se remontan partidos de forma agónica. Se echaba de menos, y eso es lo bello del fútbol, el sacrificio, la entrega hasta el último instante. Pero ahora se echa de menos esa superioridad en el campo, esos 4-0 al descanso contra equipos como Sevilla, Valencia o Bayern de Munich. Eso, desgraciadamente, dudo que se vuelva a ver. Aquello era la excelencia del fútbol, el ejemplo de cómo jugar, el espejo dónde mirarse. Este año, siguen siendo los mismos los que llevan la batuta, y el estilo es el mismo, pero prima más la efectividad que el juego de salón. No hay tantos rondos, si no más verticalidad, profundidad y gol.
Tito empieza a crear su propia leyenda, aun sabiendo que ya forma parte de una. Bate récords y no tiene casi nadie que le reproche algo, pero sabe que la excelencia de Pep es inalcanzable.
Miguel Lois (@MiguelLois)
Categoría: F.C. Barcelona, Tito Vilanova
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