Se llamaba Leo Messi

Dani Rivera | 9:18 | viernes, 9 de marzo de 2012 | 0 comentarios |



La diferencia entre un mago mediocre y uno genial reside en la capacidad de sorprender, de arrancar un '¡Oh!' de admiración a todo aquel que contemple sus trucos una y otra vez. El innovar constantemente, inventar sobre la marcha, no dejar nada a la azar y alcanzar, prácticamente, la perfección.

Todo zaguero contempla a Leo Messi como un espectador que trata de no perder el hilo del truco, de adivinar la clave, de encontrar el fallo, de perseguir el error. Por suerte para el menudo argentino, pocas veces consiguen salirse con la suya y son mayoría los fines de semana en los cuales un central o bien un lateral, cabizbajo, reconoce al acabar el partido la infinita superioridad del '10', “sabes lo que te va a hacer y aún así te lo hace”. Puro arte, pura magia.

Recuerdo cuando mi abuelo me contaba entusiasmado, sentado en su cómoda verde en una tarde cualquiera de invierno, las hazañas del famoso ilusionista Uri Geller. Dentro de unos años, y si Dios quiere, reuniré a todos mis nietos a la lumbre de una coqueta chimenea restaurada una noche lluviosa de febrero y les contaré cómo una persona hacía realidad las ilusiones, cómo era capaz de materializar los sueños y cómo sus trucos de hábil mago deslumbraban al mundo entero. En mi mente se agolparán el gol frente al Getafe, su invención ante la mirada de Szczęsny o la noche de la 'aspirina' cuando pronuncie las primeras palabras... “Se llamaba Leo Messi...”


Dani Rivera
@Dani_RiveraRuiz

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