Mourinho - Real Madrid; condenados a entenderse

Mourinho - Real Madrid. Un binomio que dura ya más de dos años y medio y que ha tenido puntos muy altos y puntos muy bajos. Tan altos como para considerarle intocable y tan bajos como para dudar de su continuidad. La realidad es que tras este tiempo, el futuro del técnico portugués está en el aire. Nadie sabe lo que ocurrirá de aquí a final de temporada y mucho menos cuando esta acabe. Seguramente que el modo en que finalice el presente ejercicio decidirá el futuro de Mou al frente del equipo blanco.

Tras un fulgurante arranque con el título de la Supercopa de España todo hacía presagiar que el Real Madrid sería un torbellino imparable, como ya lo fue la temporada pasada, pero las derrotas en Liga comenzaron a llegar y con ella los problemas internos del vestuario. Las dudas, los "chivatazos" a la prensa, las declaraciones públicas, la falta de entendimiento entre cuerpo técnico y parte de la plantilla, los problemas con Iker, con Sergio Ramos...todo hacía presagiar una temporada horrible para el conjunto blanco pero llegados a este punto, casi todo ha cambiado.

Y digo casi todo porque la situación en Liga parece irreversible pero el estar clasificado para la final de la Copa del Rey y para cuartos de final de la Champions League ha situado al equipo madrileño en una nueva dimensión. Un nuevo lugar para un grande que adolecía de problemas. La lección del 1-3 en el Camp Nou, eliminando y pasando por encima al Barça han cambiado los aires en el Bernabeu y toda la corriente y masa crítica que arreciaba contra el entrenador ahora sopla a favor del luso y sus jugadores.

Mourinho ha cambiado la actitud. Quizás porque sabe que se va y quiere irse ganando o quizá porque se ha dado cuenta de que no hay mejor escaparate para un profesional del fútbol que el Real Madrid. Él es consciente de que será complicado salir. Quizás podría entrenar donde él quisiera pero visto cómo está el mercado pocos destinos suculentos puede encontrar. Italia, en una galopante crisis de calidad en el Calcio no parece un destino probable, Alemania, donde el Bayern tiene a Guardiola cerrado tampoco. ¿Inglaterra? En el Manchester United no parece que Ferguson se vaya a ir la próxima temporada, el City es un proyecto sin solidez y un club sin historia y apenas con masa social.

La única opción es volver a su Chelsea querido. Pero este Chelsea no es como el que él dejó. A pesar de haber ganado la pasada temporada la Champions, el conjunto londinense se encuentra en plena renovación y dificilmente acabará en Champions esta temporada. Sólamente la propuesta de Roman Abramovich y un talonario bien afilado para fichajes pudiera hacerle cambiar a Mourinho de aires.

París no parece una gran opción. Una liga deprimida como la Ligue 1 no parece ser muy seductiva para un técnico del perfil Mourinho, acostumbrado a jugar grandes partidos y con todos los focos sobre él y sus equipos. 

Por lo tanto le queda Madrid. Y él sabe que no va ser nada fácil para el club encontrarle un sustituto adecuado. Conoce las interioridades de la casa, el peso específico de algunos jugadores importantes de la plantilla, el exigente público del Bernabeu, y es perfectamente consciente de que todos estos motivos pueden acabar con cualquiera de los entrenadores que suenan para sustituirle; Joachim Low, Laudrup, Klopp, Toril, Rafa Benítez...

Está claro que el final de temporada, y sobre todo las sensaciones que este deje, serán decisivas en el devenir del banquillo madridista pero, al menos parece, tanto entrenador como club tienen ahora la mejor opción disponible. Si las dos partes realizan algún sacrificio (y no precisamente económico) Mourinho se quedará en el Real Madrid. Están condenados a entenderse.

Alejandro García

@ajgarcia05