Mesut Özil, el zapador del Bernabéu

Dani Rivera | 18:46 | jueves, 9 de febrero de 2012 | 0 comentarios |



Aterrizó en Madrid con la timidez característica de una cultura poco propensa a exteriorizar sus sentimientos. Llegaba a España tras ser la revelación de la Bundesliga, el esperado sucesor de Diego en Bremen y firmar un sobresaliente Mundial en Sudáfrica. Aun teniendo veintiún años se había erigido como la luz de la Mannschaft y el abanderado de una generación germana muy ilusionante con los Khedira, Müller o Götze como compañeros de armas.

En el Madrid comenzaban a esgrimirse las primeras excusas para difuminar el desilusionante primer año del otrora Balón de Oro, Kaka'. Cada domingo de partido en el Santiago Bernabéu se esperaba la resurreción del brasileño pero terminó alargándose hasta convertirse en un eterno “Quizá en el próximo”.

Y el nuevo Real Madrid de José Mourinho necesitaba alguien que precipitase el juego de ataque, un hombre que fuese capaz de convertir las filtraciones en forma de pase, bien alto bien raso, de Xabi Alonso en vertiginosidad, imprimir velocidad a un esférico que rodaba demasiado manso por el tapete verde del Bernabéu. Mesut Özil llegaba para cumplir esa tarea: ser el zapador que requería Mou.

Los zapadores son parte vital de cualquier ejército del mundo, ingenieros que deben socavar las defensas enemigas para hacer más fácil los movimientos de los compañeros. Al igual que Özil. Su particular trinchera son los tres cuartos de campo, entre la retaguardia y el grueso de la tropa enemiga, en el terreno donde se derriban las altas murallas, en el mismo lugar donde en un campo de fútbol se fabrican los sueños y donde los latidos del público comienzan a atropellarse. Irregular como todos aquellos jugadores de técnica sublime, siempre dispuesto para tender la trampa perfecta a la zaga rival, visualiza las grietas y puntos débiles de sus contrarios, preparado para desgarrarlos con un pase de precisión milimétrica. En el fragor del combate a Mesut no le tiembla el pulso.

Toda escuadra, todo ejército, requiere una mente pensante que ponga cabeza en un fútbol moderno abocado a la velocidad sin sentido y al regate por egocentrismo. El alemán es junto con Xabi Alonso el cerebro del conjunto blanco pero, sin embargo, es el único zapador en el que José Mourinho confía plenamente.

El autor del último pase, el encargado de minar presiones agobiantes, sajar justamente en el talón de Aquiles de cada enemigo, el poseedor de una zurda pluscuamperfecta, el zapador del Santiago Bernabéu, Mesut Özil.

Dani Rivera

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