Apuntes de un partido sin historia.

Dani Rivera | 13:06 | miércoles, 11 de abril de 2012 | 0 comentarios |



Decía Juanma Lillo, que "la posesión del Barça te desordena, te descoloca, por eso y aún cuando logres robar la pelotita a los de Pep te es imposible crear algo de la nada, necesitas cuatro pases para reordenarte, para recuperar posiciones, algo que el Fútbol Club Barcelona rara vez permite." Esa afirmación suele cobrar especial importancia. 

Ayer Pep ganó la partida a Luis García, ganó, como suele ser habitual, porque supo predecir a la perfección los movimientos de su adversario. Al Camp Nou saltó un Getafe muy ordenado, con líneas muy juntas, achicando a la perfección los espacios por dentro, y con el náufrago Miku perdido en la inmensidad del océano y vigilado muy de cerca por un Mascherano que se ha convertido en pieza indiscutible en el entramado táctico de Guardiola.

Para contrarrestar el técnico blaugrana puso en el campo de batalla a dos de los hombres que más amplitud pueden dar al F.C. Barcelona: Pedro en siniestra, Isaac Cuenca en diestra, dos jugadores que basaron todo su partido en pedir el esférico al pie, encarar al lateral y centrar. Un fuera-fuera y no un fuera-dentro, vaya.

Además Pep se arriesgó con una defensa de tres, sostenida por un Mascherano que quizá no tendría hueco en este F.C. Barcelona como centrocampista, pero que se ha convertido en uno de los mejores centrales de la liga. Bien Busquets o bien Xavi iniciaban la jugada desde la posición de 'falso central', incrustados entre el 'Jefecito' y Adriano. Un Busquets que realizó un partido extraordinario y que ganó mucho peso en la base de la jugada en detrimento de Xavi.

Iniesta y Messi se encargaron de dar vertiginosidad al juego del F.C. Barcelona cuando llegaba el momento idóneo mientras que Alexis, de falso nueve, hacía el trabajo sucio encorsetado entre dos de los mejores centrales de 'la otra Liga', Alexis y Cata, un trabajo sucio en el que no se suele brillar a no ser que anotes algún gol y el chileno tuvo la oportunidad de hacer dos.

Luis García, por su parte, propuso un 4-2-3-1 en transición ofensiva, algo que poco se pudo ver, y un 4-5-1 en defensiva con un trivote en el centro compuesto por Juan Rodríguez, Casquero y Rubén Pérez que partían con la premisa de no dejar ningún espacio por dentro. Diego Castro era la opción para conectar el centro del campo con un aislado Miku.

Es curioso que la sexta defensa menos goleada del campeonato liguero se lleve cuatro del Camp Nou y que el partido apenas tuviese historia. El Barcelona tocó cuanto le pareció oportuno, imprimió velocidad al juego cuando quiso y descanso cuando le apeteció. Quizá podrían haber caído más, pero hay que dosificar. La Champions está a la vuelta de la esquina.

Dani Rivera

Imagen: ABC








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