Ciutat de las Termópilas, Valencia.

El Fútbol Es Nuestro | 10:50 | miércoles, 14 de noviembre de 2012 | 0 comentarios |


Era 11 de noviembre de 2012, las hordas levantinas compuestas por miles y miles de soldados asediaban a los 11 valientes de Mourinhónidas en la ciénaga del Ciutat de Valencia, un páramo inaccesible donde sólo unos pocos elegidos pueden salir con vida.

El primer movimiento del estratega JIMerges era claro: acabar con Cristiano. Por ello mandó a uno de sus más poderosos secuaces, David Navarro, a por su punto más débil: la ceja, aunque actuó con desmesura ya que sólo necesitaban despeinársela para que el luso pidiese cambio. Aún así CR300, herido de muerte, logró asestar un duro golpe a las tropas granotas.

Mientras tanto el Barça seguía tocando y tocando en Celtic Park.

Con Cristiano fuera de escena las hordas valencianas lo tenían todo a favor para arrasar y así fue tras el gol de Ángel (#RoboAlMadrid) y la ocasión de Juanlu propiciada por el agente doble Raúl Albiol. Todo estaba de cara para el ejército del Levante hasta que el general Mourinhónidas dio rienda suelta a su berserker Pepe, odiador de todo lo azulgrana, y sacó al lancero Morata que asestó el golpe definitivo a JIMerges.

Al técnico granota no le quedaba otra, tenía que sacar su particular catapulta infernal de la guerra: David Navarro + Sergio Ballesteros. Empezaron a caer como moscas: Ballesteros asaltó a Xabi Alonso, David Navarro haciendo lo mismo que a Messi, que a su vez se lo hizo a Llorente, que a su vez se lo hizo a Burdisso, etc. Pero la victoria de Mourinhónidas era irrevocable.

Tras esto Tomás Roncero se despertó, apagó el despertador y siguió durmiendo. Él puede. Él tiene nueve Champions.

@PuntoPalote

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