Japón hace sushi con España

El Fútbol Es Nuestro | 19:28 | jueves, 26 de julio de 2012 | 0 comentarios |




Ficha técnica

Alineaciones:

España: De Gea; Montoya, Domínguez, Íñigo Martínez, Jordi Alba; Javi Martínez, Coke (Tello, min. Ochenta); Isco (Oriol, min. Sesenta y dos), Mata, Adrián (Ander Herrera, min. Cincuenta y cinco) y Rodrigo.

Japón: Gonda; Sakai (Sakai, min. Setenta y tres), Yoshida, Suzuki, Tokunaga; Kiyotake, Yamaguchi, Ohgihara (Yamamura, min. Ochenta y cinco), Otsu (Saito, min. Cuarenta y seis); Higashi y Nagai.

Árbitro: Mark Geiger, de Estados Unidos. Expulsó al central de la Real Sociedad Íñigo Martínez en el minuto cuarenta y uno. Amonestó a los españoles Juan Mata y Álvaro Domínguez, y al japonés Saito.

En el equipo español, las mayores novedades en la alineación en relación al teórico once de gala fueron las ausencias de Ander Herrera y Muniain por molestias físicas, y la de Tello por decisión técnica de Luis Milla. En cuanto a la formación de Japón, nos sorprendió la inclusión de Otsu en lugar de Usami Takashi.

 Incidencias: Partido disputado en el estadio Hampden Park de Glasgow, correspondiente a la primera jornada del grupo D de la fase de liguilla del torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Conscientes de la importancia que entrañaba conseguir una victoria, en vista de que los otros dos contendientes del grupo, Honduras y Marruecos, habían firmado un empate a dos entre sí, ambos equipos saltaron al césped con las lógicas reservas de un partido inaugural en una cita tan importante como son los Juegos. Aún así, España no quería renunciar a las señas de identidad del primer equipo. El toque es ya una fórmula arraigada en todas las categorías de nuestro fútbol desde que Luis Aragonés la comenzase a implantar en la selección absoluta, allá por 2006.

Enfrente, un rival con las características propias del fútbol asiático: jugadores eléctricos y muy bien dotados técnicamente, los mejores de cuantas naciones pueblan dicho continente. Desde el principio, tuvieron claro que la posesión del esférico iba a corresponder mayoritariamente a España, erigiéndose los contraataques en la principal baza nipona.

Las primeras aproximaciones al área rival corrieron a cargo de los hombres de Luis Milla, que, sin embargo, nunca llegaron a inquietar verdaderamente a la zaga del país del sol naciente. El disparo de Rodrigo a pase de Coke en el minuto cinco, el despeje a córner del zaguero Suzuki para desbaratar la combinación asturiana entre Adrián y Mata tres minutos más tarde, y el latigazo del propio jugador del Chelsea que repelió el guardameta Gonda al paso por la media hora de juego, fueron las acciones en las que la Rojita se acercó más al gol que los pusiera por delante en el marcador.Japón empezó el partido a la expectativa, pero pronto comenzó a explotar las evidentes debilidades de la defensa del equipo nacional. Los centrocampistas Higashi, Kiyotake y Otsu, y el delantero Nagai, inquietaban cada vez con mayor frecuencia a unos futbolistas excesivamente nerviosos. La posesión de España era infructuosa,. Japón, pese a ser dominado, se sentía cómodo. Así las cosas, llegó el tanto de Otsu en el minuto treinta y cuatro, al rematar un saque de esquina en el que David De Gea no se decidió a salir a por el balón y tanto Domínguez como Montoya perdieron sus marcas.




El tanto sentó a España como un jarro de agua fría. De ahí en adelante, Japón ya no sólo monopolizaba el dominio táctico del duelo, sino que también pasó a tener el balón en mayor medida. Las imprecisiones defensivas y la descoordinación de los zagueros españoles con el portero del United estuvieron a punto de propiciar el segundo gol nipón. Éste no llegó, sino que lo que sucedió en el minuto cuarenta y uno suponía una nueva piedra en el camino hacia la remontada. Nagai, en pleno desconcierto de los nuestros, protagonizó una veloz arrancada hacia la portería, que Íñigo Martínez sofocó a las bravas, con una falta que le costó una expulsión justa, si nos atenemos al reglamento, debido a que el zaguero ‘txuri urdin’ era el último futbolista español que se oponía a la cabalgada del delantero rival. En el lanzamiento de esa falta, Ohgihara buscó un tiro envenenado que se marchó muy cerca de la portería de De Gea. El descanso parecía la única manera de contener la hemorragia defensiva española.

No obstante, la segunda parte comenzó del mismo modo que terminó la primera: con supremacía nipona. España reajustó su esquema situando a Javi Martínez en el eje de la defensa, ocupando el lugar de Íñigo Martínez. El dominio japonés se intensificaba, e Higashi a pase de Nagai estuvo cerca de hacer el segundo gol para su equipo. También Ohgihara,  el futbolista zurdo del Osaka, de los más prometedores de la escuadra asiática, protagonizó una jugada personal que abortó De Gea en última instancia. La sangría no cesó con la entrada de Ander, y tanto Nagai como Kiyotake dispusieron de soberanas oportunidades para facturar el 2-0.Luis Milla se veía obligado a reforzar el centro del campo, auténtica mina de la que se estaban adueñando progresivamente los japoneses. La salida al terreno de juego del mediocentro del Chelsea Oriol Romeu por Isco pasado el cuarto de hora de la segunda mitad, al menos contribuyó a frenar las asechanzas de Japón, pero España no dispuso de una única ocasión de gol meridianamente clara en todo el partido. La sentencia pudo perfectamente llegar en los últimos minutos del envite, con todo nuestro combinado volcado a la desesperada, pero Nagai y Yamaguchi no acertaron con la meta española.

Ya de cara a los siguientes compromisos de España frente a Honduras y Marruecos, los nuestros tendrán que mejorar considerablemente la defensa. Es significativo que, pese al fallo que supuso el único gol del partido, podamos afirmar que David De Gea fue el más destacado de los jugadores españoles. Evitó una derrota humillante. Álvaro Domínguez se mostró muy impreciso y errático durante los noventa minutos. A Martín Montoya y a Jordi Alba les faltó profundidad en ataque y seguridad en defensa, e Íñigo Martínez cometió una torpeza que le costó la roja directa como consecuencia de su lentitud.

En cuanto a los centrocampistas, en ningún momento consiguieron hacer que España llevara la manija del partido. Koke lo intentó, Ander Herrera tuvo que ejercer de bombero en el puesto de central durante toda la segunda parte, y Oriol Romeu se vio impotente para detener la superioridad numérica de sus contrincantes en la zona ancha.




Los delanteros estuvieron desasistidos; Mata fue el más participativo pero tuvo que bajar a recuperar el balón demasiado atrás, lo que provocó su agotamiento físico, que, por lo demás, fue un mal endémico de toda nuestra selección.

Los japoneses se mostraron como un férreo conjunto, muy solidarios a la hora de realizar las coberturas, sabedores de la importancia de trabar el juego de pase en corto del equipo español, al que consiguieron maniatar y reducir a la mínima expresión. Sin grandes individualidades, pero con un entramado colectivo muy rocoso, se llevaron con todo merecimiento el gato al agua. Los tres primeros puntos ya están en la buchaca del equipo asiático, que ha relegado a la Rojita al último puesto de grupo. España ya no depende de sí misma para concluir en primera posición del mismo y evitar a Brasil en el cruce de cuartos, pues la ‘canarinha’ se perfila como la clara favorita a ocupar el liderazgo de su grupo.

Toca espabilar si no queremos que la derrota a manos de los japoneses sea la última en lo que todos esperamos que se convierta en un periplo glorioso hacia el oro. De momento, los guerreros samurais nos han asestado la primera lanzada.

Miguel Fernández Páez.
Twitter: @miguelitomiente

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