¿Remodelación o nuevo Camp Nou?

El sábado a la tarde, en el Palacio de Congresos de Barcelona, el Barça hizo su particular Asamblea de Compromisarios. Ese es una de las claves de este club, que la entidad es de los socios, no de empresarios. Por eso, anualmente se celebra una Asamblea de Socios Compromisarios para que se aprueben los presupuestos del club, se expongan las quejas y se hable sobre la fisonomía del club.

El principal tema del día fue, además de los presupuestos económicos, el tema del Camp Nou. Hubo una votación para decidir si el coliseo azulgrana necesita una remodelación o si se acepta la idea de construir un nuevo estadio. El resultado fue que habrá un referéndum con todos los socios para decidir qué se hace.

Ahora bien, con la que está cayendo y con las deudas que tiene el club, ¿es el momento de construir un nuevo estadio? Cierto es que el Camp Nou se ha quedado anticuado. Su construcción data del 1957 y, a finales de siglo pasado, Nuñez hizo la tercera gradería para llegar a la bonita cifra de casi 100.000 espectadores. Sin embargo, el interior es muy viejo y no está la altura del siglo XXI. Ahí es donde está la disyuntiva: ¿hay que remodelarlo por dentro o construir directamente uno nuevo? Podríamos entrar en la discusión más romántica: este estadio se construyó por Kubala, trasladándose desde las Corts, y en él se han celebrado eventos tan importantes como finales de Champions, de Juegos Olímpicos e innumerables noches legendarias de la historia azulgrana. Daría pena derrumbar este coliseo, este feudo culé.

Por otra parte, la construcción de un nuevo estadio supondría crear un estadio moderno, con unas instalaciones a la altura de otros campos del mundo y con la misma o más capacidad. El principal problema aquí sería el sistema de financiación. Qatar Foundation sería quien llevaría todo el peso en lo económico, pero con la condición de ponerle al campo un nombre relacionado con la fundación. Eso, para muchos azulgranas, sería vender el club y dejar de ser una entidad de la gente. Por otra parte, con el contexto internacional de crisis, no es el mejor momento para hacer este despilfarro económico (teniendo en cuenta que el Camp Nou no se está viniendo abajo).

Así pues, el tema que Laporta sacó hace ya unos años con un proyecto de Norman Foster (que fue aprobado), vuelve a entrar a escena. Lo más probable es que, si saliera construir un estadio nuevo, este no se acabaría hasta vayan ustedes a saber cuando. Es más que posible (y necesario) que se hagan obras por dentro para comodidad del espectador y para tener la casa del Barça bonita. Pase lo que pase, el Camp Nou siempre será el Camp Nou.