Kasimpasa, la revelación en Turquía
Estambul es el centro cultural de Turquía y también el núcleo donde se concentran los grandes clubes del país otomano. Galatasaray, Fenerbahce y Besiktas rara vez dejan escapar algún título y es muy probable que este año la norma se mantenga. No obstante, ha reaparecido en la máxima categoría, con más fuerza que nunca, el Kasimpasa, cuarto club de la ciudad -del barrio europeo de Beyoglu- que con una gran inversión este pasado verano ha conformado una plantilla que, por ahora, mantiene el ritmo de los mejores con un gran despliegue físico en cada partido. La fuerte apuesta por realizar una reseñable temporada ha facilitado esta rápida adaptación al campeonato con jugadores algunos veteranos, otros que llegan en su plenitud y por último dos jugadores prometedores como son los uruguayos Santiago García y Tabaré Viudez que por ahora cuentan con pocos minutos. De hecho, en el mejor once que puede mostrar en cualquiera de sus encuentros, solamente el defensor Kaplan formaba parte de la plantilla la pasada campaña. También mérito tiene Metin Diyadin, el técnico que logró el ascenso e inició de la mejor manera la Superliga, aunque de forma incomprensible fue destituido a finales de septiembre.
Ahora mismo el equipo ocupa la quinta posición, a tan solo cuatro puntos del líder Galatasaray. Este fin de semana Kasimpasa contó con la opción de situarse líder dada la igualdad del campeonato al menos por unas horas y al final tan solo fue durante unos pocos minutos, cuando Kalu Uche adelantó a su equipo tras desviar un disparo del angoleño Djalma a quien el equipo echará de menos cuando se marche en enero a la Copa de África. Después les costaría mantener la intensidad y el Orduspor, entrenado por Héctor Cuper, logró el 1-1 definitivo.
Si algo destaca en este equipo entrenado ahora por el georgiano Shota Arveladze, contratado tras un par de semanas con Fuat Kilic como entrenador interino, es la movilidad de sus jugadores, por lo que es fácil ver a un mediocentro veterano como Fabian Ernst recorrer la banda, a Djalma moverse por los dos costados y por el centro o a Uche alejarse de su posición de delantero centro para abrir espacios. Quizá este trabajo, que también alcanza a centrocampistas como Özmert -encargado de la mayoría de acciones a balón parado- o Hurmaci -muy destacado por sus goles y juego imaginativo-, provoca que el equipo sufra un desgaste prematuro como sucedió este pasado sábado. Sin embargo, en pasadas jornadas lograron una buena cantidad de puntos en la última media hora de juego con acierto en la pegada.
Su presidente, Zafer Yildirim, empresario dedicado a la construcción, formó parte del consejo de administración de Besiktas y anteriormente fue miembro de la Federación turca de fútbol, lugares donde adquirió la experiencia necesaria para dirigir un club como este. No obstante las turbulencias provocadas en el banquillo podrían haber derrumbado el proyecto de forma innecesaria. Yildirim buscaba como técnico alguien de renombre y de ahí la destitución de Diyadin y los contactos iniciales con Roy Keane que finalmente no se concretaron.
Lo más negativo del club es el escaso número de aficionados que acuden al estadio Recep Tayyip Erdoğan cada vez que el equipo juega en casa. Con capacidad para 9500 espectadores, apenas logra llenar la mitad de los asientos a no ser que ese día haya derby de la ciudad y se enfrente a los clubes que poseen la mayoría de seguidores.
Con este inicio en las primeras trece jornadas, el reto no puede ser otro que intentar llegar a ese playoff final entre los cuatro mejor equipos de la liga regular que asegura el acceso a competiciones europeas.
Juan Antonio Lopesino
Categoría: Kasimpasa, Liga turca, Turquía
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