Un presente lleno de dudas

En una semana en la que Boca tuvo dos partidos muy importantes, como fueron el inicio del torneo, y la Copa Libertadores se lo vió con muchos interrogantes en la defensa y armado de juego que llevaron al empate ante Zamora desencadenando en la muy posible renuncia de Julio Falcioni.

El pasado viernes fué el .debut del equipo en el ámbito local contra Olimpo. Se dió un partido muy trabado y difícil para el xeneize ya que el visitante salió con todo presionando muy arriba y no dejando jugar demasiado. Pero para suerte del equipo, el segundo tiempo encontró a un Riquelme inspirado y con ganas de dejar los tres puntos en casa ya que dos genialidades que partiendo de su botín diestro dejaron habilitados frente al arquero en primer instancia a Cvitanich y luego a Mouche para sellar el 2 a 0 en casa para comenzar con el pié derecho la defensa del título.

Hasta ese momento todo era color rosa para el club de la rivera. Los jugadores el sábado tuvieron su día libre, el Domingo se entrenó con normalidad , para que el lunes el plantel inicie el viaje hacia Venezuela con la esperanza de comenzar ganando en el inicio de la tan esperada vuelta a la copa Libertadores (recordemos que desde el 2009 no lograba clasificarse). Llegado el plantel al país centroamericano se hospedó en su hotel y comenzaron los entrenamientos para formar en once que saldría a la cancha el martes con el cambio ya sabido de Silva por Mouche. En lo que era la previa, Boca no tendría que haber tenido problemas ante el débil Zamora del que no se tenían registros de partidos por copa internacional, pero solo era la previa, ya que en el transcurso del juego se lo vió muy seguro en su cancha, plantado en defensa y no dejando jugar tanto a Riquelme como a todo el equipo.

Al finalizar el primer tiempo solo una vez pudo llegar, con un remate de Silva que el arquero venezolano controló sin problemas. Ante el panorama oscuro que se venía si se continuaba jugando así Falcioni mando a los suyos de manera distinta al que había salido anteriormente, sabiendo que un error podría sufrirse bastante, y teniendo que aprovechar al máximo cada llegada al arco rival.

Promediando el segundo tiempo empezaron los cambios, Ledesma por Rivero y Mouche por Cvitanich ya que este obedecía mas a Román que a Falcioni, generando el enojo del técnico y del delantero que luego desataría una guerra interna. Volviendo al juego, no cambiaría mucho el resultado ya que nuevamente Silva iba a estrellar un cabezazo en el palo terminado de manera opaca el partido. Sin dar declaraciones regresaron rápidamente al vestuario, se cambiaron y emprendieron el regreso hacia la Argentina. Hasta ese momento todo era normal, pero gran parte del periodismo e hinchas de Boca se desayunarían, a la mañana siguiente con la renuncia del técnico porque según cercanos al plantel revelaron que cuando Cvitanich salió de la cancha fue al vestuario enojado a decirle a Riquelme que Falcioni lo sacó por obedecer las indicaciones del enganche y no escuchar a sú técnico, molesto por eso Riquelme junto al delantero fueron al vestuario del DT para iniciar una conversación que iría subiendo de tono hasta llegar a la discusión.