La botella de la vergüenza
Corría el minuto 60 del partido correspondiente a la jornada 33 de la Liga Adelante, los equipos que se encontraban sobre el campo de Cartagonova eran el Cartagena y el Celta. De repente una botella impactó sobre el linier de Pino Zamorano, César David Escribano. El colegiado se vio obligado a suspender el encuentro. Mas tarde, el linier fue atendido en un centro clínico y el parte médico reflejaba una “pequeña contusión superficial de un centímetro en la zona parietal”.
No me quiero ni imaginar como se debía de sentir el linier cuando, sin motivo alguno, una botella impactó en su cabeza. Aturdido, confundido, conmocionado, sobran los adjetivos. Había recibido una agresión mientras se encontraba realizando su trabajo, algo que pasa excepcionalmente. Cualquier empleado que realiza su trabajo lo menos que espera es recibir un botellazo o el impacto de cualquier otro objeto, pero el fútbol, una vez más, confirmó que nada es imposible.
La actitud, vergonzosa, de la persona que lanzó la botella, no tiene justificación. Es totalmente inhumano realizar esa acción. El castigo no irá para él, sino para el club cartagenero, que podría ver como esta acción desemboca en el cierre de su estadio. Personas como estas deberían de ser apartadas de los campos de fútbol, ya que el fútbol es un deporte y se va a disfrutar y no a lanzar objetos.
Cada vez que ocurre una acción de este tipo, mi cabeza se pregunta que es lo que mueve a esta gente a realizar este tipo de acciones. Una mala decisión arbitral no justifica, ni mucho menos, estas acciones. Antes de actuar se debe de pensar en las consecuencias que pueden tener tu actuación. Esta persona no pensó, esperemos que para la próxima si lo haga.
No me quiero ni imaginar como se debía de sentir el linier cuando, sin motivo alguno, una botella impactó en su cabeza. Aturdido, confundido, conmocionado, sobran los adjetivos. Había recibido una agresión mientras se encontraba realizando su trabajo, algo que pasa excepcionalmente. Cualquier empleado que realiza su trabajo lo menos que espera es recibir un botellazo o el impacto de cualquier otro objeto, pero el fútbol, una vez más, confirmó que nada es imposible.
La actitud, vergonzosa, de la persona que lanzó la botella, no tiene justificación. Es totalmente inhumano realizar esa acción. El castigo no irá para él, sino para el club cartagenero, que podría ver como esta acción desemboca en el cierre de su estadio. Personas como estas deberían de ser apartadas de los campos de fútbol, ya que el fútbol es un deporte y se va a disfrutar y no a lanzar objetos.
Cada vez que ocurre una acción de este tipo, mi cabeza se pregunta que es lo que mueve a esta gente a realizar este tipo de acciones. Una mala decisión arbitral no justifica, ni mucho menos, estas acciones. Antes de actuar se debe de pensar en las consecuencias que pueden tener tu actuación. Esta persona no pensó, esperemos que para la próxima si lo haga.
@xose_gr
Categoría: Cartagena, Liga Adelante
Es deleznable que aún haya gente con esa mentalidad. No deberían entrar en estadios nunca más.
ResponderEliminar