La espera.
Efímera liberación, que transporta a 90 minutos de sensaciones inigualables. Fútbol, al fin y al cabo
Uno, al que esto del Atleti le inunda profundamente,se levantó a las 5:00 de un lunes para ir a la cola del Calderón, para asegurarse una entrada que por número debía corresponderle. La consiguió para el y para gente cercana, muy cercana. En esos momentos de cola quizá se le pasaba por la cabeza el volverse a dormir, el ¿que hago yo aquí a estas horas, con la semana que me espera?. Todo eso se compensó cuando se vio entrada en mano, y se recordó a sí mismo en Hamburgo y en Barcelona, en Anfield o Do Dragao, en Mestalla o en el Alvalade. Y supo que si en ese mismo instante le dijeran que tenía que repetir la misma cola, o incluso una peor por vivir lo que vivió esas veces, lo volvería a hacer con los ojos cerrados. Y como uno, hay miles.
Finalmente uno no va a Bucarest, su entrada la aprovecharán atléticos en los que confía, que dejarán el pabellón alto y se comportarán como la ocasión se merece. Como contrapartida al fracaso del viaje, el que suscribe alberga la esperanza de ir a Neptuno, ya que nunca ha celebrado nada en la gloriosa fuente.
Imaginarán que el disgusto ha sido importante, pero no es solo eso, uno, que está acostumbrado a pasar el día en ciudades ajenas rodeado de los suyos, compartiendo bebidas y tertulias, opinando y recordando viejas historias.
Al quedarse en Madrid no vivirá esos trayectos en trenes o metros inundados de rojiblancos cantando y animando hasta poner la piel de gallina. Sin embargo le tocará ir a trabajar, o a estudiar, y no saber si los de alrededor son conscientes de lo que se está jugando. Esa soledad de la rutina que disminuye el impacto del partido, pero no con ello los nervios. En esos momentos uno no se permite, desde el momento en el que supo que no iba a Bucarest, cada minuto se recuerda el partido, viste con la rojiblanca todo el tiempo que puede, se imagina jugadas, goles, se ve representado por 11 jugadores en el campo, inculcados por un entrenador que nos representa. Si en alguno de esos momentos de imaginación sale alguna imagen negativa, para el pensamiento e inmediatamente se pone a cantar, a hacer lo que sea para echar lo negativo de la mente. En fin, muchos más nervios aquí que allí.
En fin, lo mejor que pueden hacer para acortar esas horas previas es juntarse con los suyos, ponerse nerviosos los unos a los otros y compartir las dudas y las confianzas. Disfrutarán.
@DavidMenendez14
Categoría: Athletic, Atlético Madrid, Desde el córner de Pantic, Europa League
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