Japón hace sushi con España
Ficha técnica
Alineaciones:
España: De Gea; Montoya, Domínguez, Íñigo Martínez, Jordi Alba; Javi Martínez, Coke (Tello, min. Ochenta); Isco (Oriol, min. Sesenta y dos), Mata, Adrián (Ander Herrera, min. Cincuenta y cinco) y Rodrigo.
Japón: Gonda; Sakai (Sakai, min. Setenta y tres), Yoshida,
Suzuki, Tokunaga; Kiyotake, Yamaguchi, Ohgihara (Yamamura, min. Ochenta y
cinco), Otsu (Saito, min. Cuarenta y seis); Higashi y Nagai.
Árbitro: Mark Geiger, de Estados Unidos. Expulsó al central
de la Real Sociedad Íñigo Martínez en el minuto cuarenta y uno. Amonestó a los
españoles Juan Mata y Álvaro Domínguez, y al japonés Saito.
En el equipo español, las mayores novedades en la alineación
en relación al teórico once de gala fueron las ausencias de Ander Herrera y
Muniain por molestias físicas, y la de Tello por decisión técnica de Luis
Milla. En cuanto a la formación de Japón, nos sorprendió la
inclusión de Otsu en lugar de Usami Takashi.
Incidencias: Partido disputado en el estadio Hampden Park de
Glasgow, correspondiente a la primera jornada del grupo D de la fase de
liguilla del torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Conscientes de la importancia que entrañaba conseguir una
victoria, en vista de que los otros dos contendientes del grupo, Honduras y
Marruecos, habían firmado un empate a dos entre sí, ambos equipos saltaron al
césped con las lógicas reservas de un partido inaugural en una cita tan
importante como son los Juegos. Aún así, España no quería renunciar a las señas
de identidad del primer equipo. El toque es ya una fórmula arraigada en todas
las categorías de nuestro fútbol desde que Luis Aragonés la comenzase a
implantar en la selección absoluta, allá por 2006.
Enfrente, un rival con las características propias del
fútbol asiático: jugadores eléctricos y muy bien dotados técnicamente, los
mejores de cuantas naciones pueblan dicho continente. Desde el principio,
tuvieron claro que la posesión del esférico iba a corresponder mayoritariamente
a España, erigiéndose los contraataques en la principal baza nipona.
Las primeras aproximaciones al área rival corrieron a cargo
de los hombres de Luis Milla, que, sin embargo, nunca llegaron a inquietar
verdaderamente a la zaga del país del sol naciente. El disparo de Rodrigo a
pase de Coke en el minuto cinco, el despeje a córner del zaguero Suzuki para
desbaratar la combinación asturiana entre Adrián y Mata tres minutos más tarde,
y el latigazo del propio jugador del Chelsea que repelió el guardameta Gonda al
paso por la media hora de juego, fueron las acciones en las que la Rojita se
acercó más al gol que los pusiera por delante en el marcador.Japón empezó el partido a la expectativa, pero pronto
comenzó a explotar las evidentes debilidades de la defensa del equipo nacional.
Los centrocampistas Higashi, Kiyotake y Otsu, y el delantero Nagai, inquietaban
cada vez con mayor frecuencia a unos futbolistas excesivamente nerviosos. La
posesión de España era infructuosa,. Japón, pese a ser dominado, se sentía
cómodo. Así las cosas, llegó el tanto de Otsu en el minuto treinta y cuatro, al
rematar un saque de esquina en el que David De Gea no se decidió a salir a por
el balón y tanto Domínguez como Montoya perdieron sus marcas.
El tanto sentó a España como un jarro de agua fría. De ahí
en adelante, Japón ya no sólo monopolizaba el dominio táctico del duelo, sino
que también pasó a tener el balón en mayor medida. Las imprecisiones defensivas
y la descoordinación de los zagueros españoles con el portero del United
estuvieron a punto de propiciar el segundo gol nipón. Éste no llegó, sino que
lo que sucedió en el minuto cuarenta y uno suponía una nueva piedra en el
camino hacia la remontada. Nagai, en pleno desconcierto de los nuestros,
protagonizó una veloz arrancada hacia la portería, que Íñigo Martínez sofocó a
las bravas, con una falta que le costó una expulsión justa, si nos atenemos al
reglamento, debido a que el zaguero ‘txuri urdin’ era el último futbolista
español que se oponía a la cabalgada del delantero rival. En el lanzamiento de
esa falta, Ohgihara buscó un tiro envenenado que se marchó muy cerca de la
portería de De Gea. El descanso parecía la única manera de contener la
hemorragia defensiva española.
No obstante, la segunda parte comenzó del mismo modo que
terminó la primera: con supremacía nipona. España reajustó su esquema situando
a Javi Martínez en el eje de la defensa, ocupando el lugar de Íñigo Martínez.
El dominio japonés se intensificaba, e Higashi a pase de Nagai estuvo cerca de
hacer el segundo gol para su equipo. También Ohgihara, el futbolista zurdo del Osaka, de los más
prometedores de la escuadra asiática, protagonizó una jugada personal que abortó
De Gea en última instancia. La sangría no cesó con la entrada de Ander, y tanto
Nagai como Kiyotake dispusieron de soberanas oportunidades para facturar el
2-0.Luis Milla se veía obligado a reforzar el centro del campo,
auténtica mina de la que se estaban adueñando progresivamente los japoneses. La
salida al terreno de juego del mediocentro del Chelsea Oriol Romeu por Isco
pasado el cuarto de hora de la segunda mitad, al menos contribuyó a frenar las
asechanzas de Japón, pero España no dispuso de una única ocasión de gol
meridianamente clara en todo el partido. La sentencia pudo perfectamente llegar
en los últimos minutos del envite, con todo nuestro combinado volcado a la
desesperada, pero Nagai y Yamaguchi no acertaron con la meta española.
Ya de cara a los siguientes compromisos de España frente a
Honduras y Marruecos, los nuestros tendrán que mejorar considerablemente la
defensa. Es significativo que, pese al fallo que supuso el único gol del
partido, podamos afirmar que David De Gea fue el más destacado de los jugadores
españoles. Evitó una derrota humillante. Álvaro Domínguez se mostró muy impreciso
y errático durante los noventa minutos. A Martín Montoya y a Jordi Alba les
faltó profundidad en ataque y seguridad en defensa, e Íñigo Martínez cometió
una torpeza que le costó la roja directa como consecuencia de su lentitud.
En cuanto a los centrocampistas, en ningún momento
consiguieron hacer que España llevara la manija del partido. Koke lo intentó,
Ander Herrera tuvo que ejercer de bombero en el puesto de central durante toda
la segunda parte, y Oriol Romeu se vio impotente para detener la superioridad
numérica de sus contrincantes en la zona ancha.
Los delanteros estuvieron desasistidos; Mata fue el más
participativo pero tuvo que bajar a recuperar el balón demasiado atrás, lo que
provocó su agotamiento físico, que, por lo demás, fue un mal endémico de toda nuestra
selección.
Los japoneses se mostraron como un férreo conjunto, muy
solidarios a la hora de realizar las coberturas, sabedores de la importancia de
trabar el juego de pase en corto del equipo español, al que consiguieron
maniatar y reducir a la mínima expresión. Sin grandes individualidades, pero
con un entramado colectivo muy rocoso, se llevaron con todo merecimiento el
gato al agua. Los tres primeros puntos ya están en la buchaca del equipo
asiático, que ha relegado a la Rojita al último puesto de grupo. España ya no
depende de sí misma para concluir en primera posición del mismo y evitar a
Brasil en el cruce de cuartos, pues la ‘canarinha’ se perfila como la clara
favorita a ocupar el liderazgo de su grupo.
Toca espabilar si no queremos que la derrota a manos de los
japoneses sea la última en lo que todos esperamos que se convierta en un
periplo glorioso hacia el oro. De momento, los guerreros samurais nos han
asestado la primera lanzada.
Miguel Fernández Páez.
Twitter: @miguelitomiente
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