Pep y el feeling

España es un país particular en muchos aspectos. Uno de ellos, sin dudas, la gran manipulación y pelea que hay siempre entre los medios madrileños y catalanes. Este hecho se agrava aún más cuando el fútbol es el "trending topic". Esta semana, el programa de Intereconomía Punto Pelota sacó a la luz una "exclusiva" en la que se afirmaba que Pep Guardiola marchó del Barça tras decirle a Rosell que no quería a una serie de jugadores y éste le dijo que no los vendería.
En esa lista estaban cuatro grandes, cuatro "vacas sagradas". Cuatro hombres imprescindibles y titulares en cualquier equipo del mundo: Dani Alves, Piqué, Cesc y Villa. Sin lugar a dudas, el programa que dirige Josep Pedrerol tiene una credibilidad mínima, y todos sabemos (al menos por boca de Pep) que su marcha del Barcelona fue por motivos personales, falta de ambición, "estaba vacío". Sin embargo, si analizamos la última temporada del mejor entrenador de la historia de la entidad azulgrana, quizás no van tan desencaminados.
Dani Alves era de los jugadores más utilizados por Pep en las tres primeras temporadas. En la última, no jugó de cara partidos tan trascendentales como la vuelta de semifinales de Champions contra el Chelsea, se lesionó en el partido del Camp Nou contra el Madrid y sus escapadas a Andalucía y la separación con su mujer hicieron que su nivel deportivo disminuyera sensiblemente. Gerard Piqué fue suplente en demasiadas ocasiones para lo que era habitual. Incluso en momentos con pocas opciones defensivas, Piqué no jugaba y Pep apostaba por el 3-4-3 y Mascherano de central. David Villa estuvo lesionado más de la mitad de la temporada aunque, hasta entonces, no era titular indiscutible y Cuenca y Tello le sacaban de su puesto con asiduidad. Finalmente, Cesc Fàbregas, que empezó de maravilla su retorno a Can Barça, fue viendo como su aportación en el equipo disminuía y la confianza del técnico de Santpedor desaparecía. Como Piqué, se le vio en más de una ocasión con cara de circunstancias en el banquillo.
Seguro que esta lista negra sale ahora a la luz para buscar desestabilizar al Barcelona y sus jugadores. De eso no hay ninguna duda. De la misma forma que en Cataluña se habla de divorcio entre Mourinho y Casillas y españoles y portugueses. ¿Saben que creo? Que ningún medio miente completamente. Pep Guardiola no era un santo. Soy y seré un enamorado de sus valores y su humildad, pero también hay que reconocer que tenía sus manías. Eto'o, Touré Yayá, Ibrahimovic y Bojan Krkic marcharon del Barça por problemas de "feeling" con el técnico. No quería a nadie que no estuviera a su lado al 100%. Lógico, sin duda. Pero también hay que saber encajar las opiniones adversas hacia tu método.
En esa lista estaban cuatro grandes, cuatro "vacas sagradas". Cuatro hombres imprescindibles y titulares en cualquier equipo del mundo: Dani Alves, Piqué, Cesc y Villa. Sin lugar a dudas, el programa que dirige Josep Pedrerol tiene una credibilidad mínima, y todos sabemos (al menos por boca de Pep) que su marcha del Barcelona fue por motivos personales, falta de ambición, "estaba vacío". Sin embargo, si analizamos la última temporada del mejor entrenador de la historia de la entidad azulgrana, quizás no van tan desencaminados.
Dani Alves era de los jugadores más utilizados por Pep en las tres primeras temporadas. En la última, no jugó de cara partidos tan trascendentales como la vuelta de semifinales de Champions contra el Chelsea, se lesionó en el partido del Camp Nou contra el Madrid y sus escapadas a Andalucía y la separación con su mujer hicieron que su nivel deportivo disminuyera sensiblemente. Gerard Piqué fue suplente en demasiadas ocasiones para lo que era habitual. Incluso en momentos con pocas opciones defensivas, Piqué no jugaba y Pep apostaba por el 3-4-3 y Mascherano de central. David Villa estuvo lesionado más de la mitad de la temporada aunque, hasta entonces, no era titular indiscutible y Cuenca y Tello le sacaban de su puesto con asiduidad. Finalmente, Cesc Fàbregas, que empezó de maravilla su retorno a Can Barça, fue viendo como su aportación en el equipo disminuía y la confianza del técnico de Santpedor desaparecía. Como Piqué, se le vio en más de una ocasión con cara de circunstancias en el banquillo.
Seguro que esta lista negra sale ahora a la luz para buscar desestabilizar al Barcelona y sus jugadores. De eso no hay ninguna duda. De la misma forma que en Cataluña se habla de divorcio entre Mourinho y Casillas y españoles y portugueses. ¿Saben que creo? Que ningún medio miente completamente. Pep Guardiola no era un santo. Soy y seré un enamorado de sus valores y su humildad, pero también hay que reconocer que tenía sus manías. Eto'o, Touré Yayá, Ibrahimovic y Bojan Krkic marcharon del Barça por problemas de "feeling" con el técnico. No quería a nadie que no estuviera a su lado al 100%. Lógico, sin duda. Pero también hay que saber encajar las opiniones adversas hacia tu método.
Estoy convencido que entre Pep y Piqué hubo mal entendidos; que acabó hasta las narices de las salidas nocturnas de Alves; que no creía en la recuperación de Villa y de que le cansó la falta de disciplina de Cesc. Pep llevó a la gloria al Barça, pero muchos también echan de menos a Touré y Eto'o, jugadores que marcaron muchos a los aficionados.
Hay que tomarse la información de Punto Pelota como algo desestabilizador, pero hay que reflexionar también que Pep echó a jugadores con los que no tenía "feeling". Pep era un romántico, un apasionado del fútbol. Como cualquier humano, cometió errores. Como cualquier humano, tenía jugadores con los que no conectaba. De ahí a llamarle lista negra, hay un paso.
Miguel Lois
Hay que tomarse la información de Punto Pelota como algo desestabilizador, pero hay que reflexionar también que Pep echó a jugadores con los que no tenía "feeling". Pep era un romántico, un apasionado del fútbol. Como cualquier humano, cometió errores. Como cualquier humano, tenía jugadores con los que no conectaba. De ahí a llamarle lista negra, hay un paso.
Miguel Lois
@MiguelLois
Categoría: F.C. Barcelona, Guardiola
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