Real Valladolid - Valencia: Empate con sabor agridulce
Valladolid y Valencia firmaron tablas en el partido matutino del domingo. Cissokho se eriigió en nombre propio del encuentro, al anotar el tanto que adelantaba a los visitantes y cometer el penalti que acarrearía su expulsión y propiciaría el 1-1 definitivo.
Si Valladolid y Valencia observan la botella medio llena, la igualada les sirve a ambos para dar un pasito más hacia sus respectivos objetivos y, puesto que el encuentro transcurrió en una constante montaña rusa de emociones, ambos deberían marcharse de Zorrilla satisfechos. Pero, por esa misma razón, tanto pucelanos como ché se quedan con la sensación de haberse hecho acreedores a un botín mayor que un único punto.
Lo cierto es que el choque comenzó ya de por sí de una manera sorprendente. Los entrenadores variaron apreciablemente sus teóricos onces de gala: Djukic por necesidad (el Valladolid llegaba con las bajas de sus centrales titulares Valiente y Sereno, y sin el extremo alemán Ebert, uno de los mejores del equipo en el primer cuarto de temporada); Pellegrino, para dividir esfuerzos (Parejo, Banega y Valdez reemplazaron a Tino Costa, Jonas y Soldado respecto al partido de Champions que disputaron el pasado miércoles los valencianos ante el BATE).
Los primeros compases nos mostraron a un Valencia con la intención de dominar el partido, merced a la calidad asociativa del triángulo Gago-Parejo-Banega en el centro del campo. El conjunto local, mientras tanto, reaccionaba con contraataques, fruto de los cuales hizo emplearse a Diego Alves en un disparo de Óscar.
Pero el Valencia viviría su déjà vu particular, pues se adelantó en el marcador antes de merecerlo, al igual que sucedió el sábado pasado ante el Atlético. En esta ocasión, a balón parado: tras una falta botada por Parejo que se estrelló en el poste, el despeje de la defensa pucelana originó un córner que cabeceó a gol el lateral Cissokho en el segundo palo, libre de marca. Era el minuto 19 y el encuentro ya se les ponía cuesta arriba a los blanquivioletas.
No dio síntomas de mejoría el Valladolid hasta los últimos diez minutos de la primera parte, cuando el Valencia decidió retrasar líneas en busca de conservar la ventaja y los locales se lanzaron a la ofensiva en pos de la igualada. Sin embargo, el juego no era fluido y los balones enviados en profundidad con Manucho en el punto de mira morían plácidamente en las botas de la zaga valencianista. La insistencia vallisoletana no obtuvo premio en la primera mitad y los de Djukic se retiraron al vestuario perdiendo por la mínima.
Ya en la reanudación, Álvaro Rubio comenzó a tomar el mando de las operaciones en el medio campo y, de un modo menos directo que el de los primeros 45 minutos, los locales pusieron en serias dificultades al Valencia. Pero los de Pellegrino no parecían incómodos.
Se habían cambiado las tornas y los contragolpes podían suponer un arma letal a favor de los ché. De hecho, así hubiera ocurrido tras una vistosa combinación que finalizaba con Guardado, uno de los más destacados del partido, asistiendo a Soldado, que había salido en detrimento de Valdez, para que el ‘nueve’ valenciano marcara el segundo. Sin embargo, Velasco Carballo tomó la decisión correcta de invalidar el gol por fuera de juego. No fue por mucho, pero Soldado estaba ligeramente adelantado respecto a la defensa del Valladolid.
De nuevo un lance polémico pudo cambiar el signo del encuentro: en una tumultuosa jugada en área pucelana, los valencianistas reclamaron pena máxima por mano de Manucho. La ‘palanca negra’ tocó claramente el esférico con esa parte del cuerpo, pero el angoleño estaba de espaldas, por lo que la evidente involuntariedad de la acción salvó a los locales del penalti en contra.
Sí decretaría Velasco Carballo los once metros por un flagrante agarrón de Cissokho a Omar, después de que Manucho asistiese al ex del Tenerife y este se dispusiese a afrontar un mano a mano con el guardameta Alves. Por tanto, como el defensa francés era el penúltimo hombre valencianista (el último si descontamos al portero brasileño) Cissokho enfiló directamente el camino de los vestuarios. Víctor Pérez ejecutó el penalti de manera magistral y restableció el empate. Curiosamente, en el minuto 19, pero de la segunda parte.
De ahí al final, los vallisoletanos prácticamente monopolizaron la posesión, aunque carecieron de instinto depredador a partir de los tres cuartos de campo. Miroslav Djukic hizo debutar en Liga al joven Rubén Peña, que confirmó las buenas vibraciones que dejó en el partido de Copa ante el Betis y, con su desparpajo y velocidad, a punto estuvo en varias ocasiones de convertirse en el héroe de la remontada.
Por su parte, el Valencia mantuvo el orden, recompuso líneas situando a Guardado en la demarcación de lateral izquierdo e, incluso, pudo llevarse los tres puntos en el descuento si el remate de Soldado tras una jugada con varios rechazos no se hubiese marchado al lado de la portería defendida por Dani Hernández.
Finalmente, Valladolid y Valencia se resignaron a su suerte y dieron por bueno el 1-1. Ambos siguen empatados a puntos, con 15 cada uno, y se sitúan en la zona media- alta de la tabla clasificatoria. El descenso y la zona de Champions quedan lejos, con lo que la igualada quizá sea más beneficiosa para el Valladolid, que únicamente aspira a salvar la categoría. En cualquier caso, si mantienen el nivel exhibido en la mañana de este domingo, los dos equipos tienen muchas opciones de lograr sus propósitos allá por el mes de mayo. A seguir remando.
Si Valladolid y Valencia observan la botella medio llena, la igualada les sirve a ambos para dar un pasito más hacia sus respectivos objetivos y, puesto que el encuentro transcurrió en una constante montaña rusa de emociones, ambos deberían marcharse de Zorrilla satisfechos. Pero, por esa misma razón, tanto pucelanos como ché se quedan con la sensación de haberse hecho acreedores a un botín mayor que un único punto.
Lo cierto es que el choque comenzó ya de por sí de una manera sorprendente. Los entrenadores variaron apreciablemente sus teóricos onces de gala: Djukic por necesidad (el Valladolid llegaba con las bajas de sus centrales titulares Valiente y Sereno, y sin el extremo alemán Ebert, uno de los mejores del equipo en el primer cuarto de temporada); Pellegrino, para dividir esfuerzos (Parejo, Banega y Valdez reemplazaron a Tino Costa, Jonas y Soldado respecto al partido de Champions que disputaron el pasado miércoles los valencianos ante el BATE).
Los primeros compases nos mostraron a un Valencia con la intención de dominar el partido, merced a la calidad asociativa del triángulo Gago-Parejo-Banega en el centro del campo. El conjunto local, mientras tanto, reaccionaba con contraataques, fruto de los cuales hizo emplearse a Diego Alves en un disparo de Óscar.
Pero el Valencia viviría su déjà vu particular, pues se adelantó en el marcador antes de merecerlo, al igual que sucedió el sábado pasado ante el Atlético. En esta ocasión, a balón parado: tras una falta botada por Parejo que se estrelló en el poste, el despeje de la defensa pucelana originó un córner que cabeceó a gol el lateral Cissokho en el segundo palo, libre de marca. Era el minuto 19 y el encuentro ya se les ponía cuesta arriba a los blanquivioletas.
No dio síntomas de mejoría el Valladolid hasta los últimos diez minutos de la primera parte, cuando el Valencia decidió retrasar líneas en busca de conservar la ventaja y los locales se lanzaron a la ofensiva en pos de la igualada. Sin embargo, el juego no era fluido y los balones enviados en profundidad con Manucho en el punto de mira morían plácidamente en las botas de la zaga valencianista. La insistencia vallisoletana no obtuvo premio en la primera mitad y los de Djukic se retiraron al vestuario perdiendo por la mínima.
Ya en la reanudación, Álvaro Rubio comenzó a tomar el mando de las operaciones en el medio campo y, de un modo menos directo que el de los primeros 45 minutos, los locales pusieron en serias dificultades al Valencia. Pero los de Pellegrino no parecían incómodos.
Se habían cambiado las tornas y los contragolpes podían suponer un arma letal a favor de los ché. De hecho, así hubiera ocurrido tras una vistosa combinación que finalizaba con Guardado, uno de los más destacados del partido, asistiendo a Soldado, que había salido en detrimento de Valdez, para que el ‘nueve’ valenciano marcara el segundo. Sin embargo, Velasco Carballo tomó la decisión correcta de invalidar el gol por fuera de juego. No fue por mucho, pero Soldado estaba ligeramente adelantado respecto a la defensa del Valladolid.
De nuevo un lance polémico pudo cambiar el signo del encuentro: en una tumultuosa jugada en área pucelana, los valencianistas reclamaron pena máxima por mano de Manucho. La ‘palanca negra’ tocó claramente el esférico con esa parte del cuerpo, pero el angoleño estaba de espaldas, por lo que la evidente involuntariedad de la acción salvó a los locales del penalti en contra.
Sí decretaría Velasco Carballo los once metros por un flagrante agarrón de Cissokho a Omar, después de que Manucho asistiese al ex del Tenerife y este se dispusiese a afrontar un mano a mano con el guardameta Alves. Por tanto, como el defensa francés era el penúltimo hombre valencianista (el último si descontamos al portero brasileño) Cissokho enfiló directamente el camino de los vestuarios. Víctor Pérez ejecutó el penalti de manera magistral y restableció el empate. Curiosamente, en el minuto 19, pero de la segunda parte.
De ahí al final, los vallisoletanos prácticamente monopolizaron la posesión, aunque carecieron de instinto depredador a partir de los tres cuartos de campo. Miroslav Djukic hizo debutar en Liga al joven Rubén Peña, que confirmó las buenas vibraciones que dejó en el partido de Copa ante el Betis y, con su desparpajo y velocidad, a punto estuvo en varias ocasiones de convertirse en el héroe de la remontada.
Por su parte, el Valencia mantuvo el orden, recompuso líneas situando a Guardado en la demarcación de lateral izquierdo e, incluso, pudo llevarse los tres puntos en el descuento si el remate de Soldado tras una jugada con varios rechazos no se hubiese marchado al lado de la portería defendida por Dani Hernández.
Finalmente, Valladolid y Valencia se resignaron a su suerte y dieron por bueno el 1-1. Ambos siguen empatados a puntos, con 15 cada uno, y se sitúan en la zona media- alta de la tabla clasificatoria. El descenso y la zona de Champions quedan lejos, con lo que la igualada quizá sea más beneficiosa para el Valladolid, que únicamente aspira a salvar la categoría. En cualquier caso, si mantienen el nivel exhibido en la mañana de este domingo, los dos equipos tienen muchas opciones de lograr sus propósitos allá por el mes de mayo. A seguir remando.
Ficha técnica
Alineaciones:
Valladolid: Dani Hernández; Rukavina, Rueda, Peña, Valenciaga; Álvaro Rubio (Sastre, minuto 68), Víctor Pérez; Bueno (Rubén Peña, min. 77), Óscar, Omar (Neira, min. 84) y Manucho.
Alineaciones:
Valladolid: Dani Hernández; Rukavina, Rueda, Peña, Valenciaga; Álvaro Rubio (Sastre, minuto 68), Víctor Pérez; Bueno (Rubén Peña, min. 77), Óscar, Omar (Neira, min. 84) y Manucho.
Valencia: Diego Alves; Barragán, Rami, Víctor Ruiz, Cissokho; Parejo, Gago (Jonas, minuto 79); Feghouli, Banega (Tino Costa, min. 68), Guardado y Valdez (Soldado, min. 46).
Árbitro: Velasco Carballo, del colegio cántabro. Expulsó por roja directa a Cissokho en
el minuto 64.
Goles. 0-1: Cissokho (minuto 19). 1-1: Víctor Pérez (pen.; min. 64).
Partido correspondiente a la undécima jornada en el campeonato nacional de Liga de fútbol en Primera División, disputado en el estadio José Zorrilla ante 15.512 espectadores.
Miguel Fernández Páez.
@miguelitomiente
Imagen: El Norte de Castilla
Categoría: Liga BBVA, Real Valladolid, Valencia
0 comentarios