El adiós del capitán; Javi Casquero abandona el Getafe

Hace 4 años, el Getafe conseguía su mayor logro como club. Llegaba con la eliminatoria empatada en cuartos de final de la copa de la UEFA ante el todopoderoso Bayern Munich. El resultado fue el que todos recordamos, con el conjunto bávaro clasificado para las semifinales con un empate a 3 en el último minuto, logrado por Luca Toni. Ese partido, el más importante en la historia del Getafe, el único jugador de la actual plantilla que disputó el partido fue Javier Casquero, que ésta semana se despidió del que ha sido su club durante los últimos 6 años.

El mediocentro, capitán del Getafe durante las últimas temporadas, llegó a un club que aspiraba únicamente a no descender y desde su llegada se convirtió en un jugador importante. Titular indiscutible para todos sus entrenadores, sólo la llegada de Luís García Plaza, unida a una forma física algo mermada por la edad (36 años) le han hecho visitar el banquillo más de lo que Casquero deseaba.

La historia reciente del Getafe no se entiende sin Casquero. Bajo la batuta del talaverano, el Getafe ha experimentado un crecimiento impensable antes de su llegada. Con Casquero como motor del equipo, el Geta ha pasado por finales de Copa, Europa y ha ocupado puestos muy altos de la clasificación, con victorias ante Barcelona (remontando una eliminatoria que parecía perdida) y Real Madrid en el Bernabéu. El Getafe ha crecido con Casquero, y Casquero con el Getafe. Para la corta historia azulona quedarán sus goles, a menudo golazos. Sólo un borrón en 6 años como azulón: la polémica con el Racing en aquella semifinal de Copa del Rey. En todo lo demás, Casquero siempre ha ejercido como lo que es: un auténtico líder en el vestuario, un ejemplo de entrega, de lucha y de sacrificio.

Se va el último superviviente de la noche más especial de los getafenses. Se marcha el capitán, casi en contra de su voluntad, dejando un hueco que será difícil de cubrir. Muchos vendrán, pocos como él. Se va de la que ha sido su casa durante 6 años mágicos. Por todo ello y mucho más, desde el Coliseum siempre se querrá al mismo número 22. Siempre se recordará al mítico Francisco Javier Casquero Paredes.



Miguel Abad
@MiguelAbad90