Un Twitter de Champions

El Fútbol Es Nuestro | 11:06 | jueves, 11 de abril de 2013 | 0 comentarios |


No hay nada como dejarse caer por twitter en las noches especiales de Champions. Ya sé que otros días hay fútbol, pero los 140 caracteres nunca se antojan tan insuficientes como en estas grandes citas. La televisión con sus anodinos comentarios de fondo y el móvil casi castigado, lo más alejado posible de la vista. No quiero ni intuirlo (si es que eso es posible) pero entonces...mi cabeza empieza a generar. Es tan extraño como que ya creo que las ideas me vienen en formato "tuit". Una sensación escalofriante que me hace caer una y otra vez. Publico uno y quiero otro, termino con éste y ya estoy pensando en el siguiente. Las palomitas en el cine y twitter para el fútbol. Quien enseñó a cantar a este pájaro social debía de odiar y mucho a los que disfrutamos con el fútbol, pues nos hace padecer. Al menos a mí y a mí paupérrima conexión 3G.

A eso de las siete y media ya empiezan a salir las alineaciones (repetidas durante media hora sin descanso y sin piedad en mi TL). Tras las rectificaciones oportunas, ya que, siempre traen algún error de fábrica, empieza la opinión. Este es uno de mis momentos favoritos en twitter. Surgen los porqués y si el mundo no los escucha, ya se hará todo lo posible porque éstos sean tan válidos como los que más. Interactúas e intentas reflexionar casi con todos. Eres parte directa del debate. Los que hablan y se responden una y otra vez a sí mismos, no me parecen mejor personas que aquellos que restringen sus cuentas. Me dan algo de miedo.

Es durante esa previa cuando de verdad adquiere sentido la tolerancia. Mil opiniones y todas válidas para quien quiera argumentarlas. Es un ágora abierto al conocimiento sobre cuyo suelo cada vez se generan más charcos en los que la gente desea verte tropezar. Luego están aquellos a los que les encanta revolcarse en ellos, pero de éstos hablaré otro día, sienten algo de manía persecutoria y sinceramente, les tengo pavor.

Llegar al pitido inicial casi sin batería resulta casi obligado. En mis años mozos podías dejar un aparato de estos encendido noche y día durante una semana sin tener que buscar un enchufe que lo reanimara. Evolución natural que dicen los entendidos. Lo cierto es que con el tiempo he aprendido a separarme del teléfono, al menos durante noventa minutos. Hay noches que lo consigo, las menos, y otras que ni por asomo. Como decía antes, en esto hay que ser como un buen delantero que ataca el espacio: nunca estar como un ente fijo. Simplemente dejarse caer.

La ansiedad recorre tu cuerpo. Desde el último dedo del pie derecho hasta el pulgar de la mano con el que imprimes sentido a tu partido desde esa minúscula pantalla plana. Pero, eres fuerte, y hoy no caerás. ¿Dónde lanzarás lo que se te va pasando por la cabeza? ¡Al vacío!
Tus amigos te miran raro, tus padres no lo entienden y tu novia...ella, ya te da por perdido. En un alarde de fuerza, lo consigues y hasta orgulloso, te da por sacar pecho.

<<Esto lo puedo dejar cuando quiera>> (Qué fácil es engañarse a uno mismo).

Regresas casi desfallecido a tu trinchera y entonces, encuentras mil guerras abiertas con otros tantos frentes sobre los que discernir. Parece como si no hubieras estado conectado al mundo en tus últimas horas de vida. Muy extraño.

Vuelves a leer, a opinar, a interactuar, a recibir insultos...vuelves al hogar. El ciclo está cerrado. Tengo un twitter de Champions.

Fernando Sosa

@Fernandosb9

Categoría: , ,

0 comentarios