Encontrando el rumbo

El Fútbol Es Nuestro | 19:43 | sábado, 28 de julio de 2012 | 0 comentarios |


Después de que se nos escapara un grupito de tortugas de yeso embalsamadas en apenas un par de semanas (los “casos” Torneo Clausura, seguro de Roncaglia, Subcampeonato de América, renuncia de Riquelme y fuga anunciada de Sebastián Sosa a Vélez), de la mirada de Zoolander que le aplicó Angelici a Román en San Pablo como si participara de un casting trucho para Malo de la Película, y de las llegadas tortuosas de Ustari y Guillermo Burdisso para reforzar un equipo dinamitado por las ventas, salimos de paseo por Colombia.



Sin cometer la infracción de ser demasiado profundos con un partido de entrenamiento, anotemos lo que vimos. En primer lugar, el celo posicional de un Falcioni básico, incluyendo a Pochi Chávez que por alguna razón (intuímos que esa razón es la alimentación de energía del mediocampo) es menos un agente creativo que táctico. Su gol sobre el final del primer tiempo no desmiente la línea anterior porque sucedió por su buena pegada, pero también por las ventajas de la defensa de Millonarios que, lejos de asediarlo, le abrió espacios a su disparo retrocediendo en un gesto de autodestrucción.

Falta Román, es cierto, y algunos otros. No salemos más la herida. Pero al problema de los nombres ausentes se le agrega que a Boca ya hace un tiempo que se le hace cuesta arriba llegar “ideológicamente” al fondo de la cancha. Hace un tiempo que no imagina juego claro, los laterales y volantes no pasan decididos (cuando pasan) y, por ahora, la suma de Silva y Viatri no es la de un nueve más otro sino la de un nueve más su sombra o, en el mejor de los casos, una dupla defensiva adelantada.

Sin embargo, cuando el equipo prueba su fuerza encuentra algún premio. Ocurrió luego del empate de Tancredi: Boca ajustó las cuerdas en el campo contrario, compuso una jugada de varios toques, adelantó la presión hacia el área rival y Erviti puso el 2 a 1 tras un rebote en el palo. Esa reacción, más el buen debut de D’Angelo (quien además de atajar tuvo suerte), el esperado regreso de Colazo y la entrada con timming de Cellay para barrer el fondo fueron las buenas noticias cuya importancia hay que tomar con pinzas. Se trató nada más que de un partido de desentumecimiento. Con el correr de los días veremos si podremos tener, sin Román, la felicidad perdida.

@Xeneizejoan

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