Un genio indómito; Mágico González
En cualquier profesión, por muy bueno que seas la disciplina es un valor muy estimado, y si no la tienes, tu buen hacer no vale de nada. Si eres el mejor de la plantilla en tu entidad bancaria, pero llegas tarde al trabajo constantemente, terminaras por ser despedido, y así en el 90% de las empresas o trabajos. Jorge Alberto González Barillas (13 de Marzo de 1958), el menor de ocho hermanos de una familia humilde de El Salvador, no nació para ser un gran profesional, si el fútbol no hubiese sido parte de su vida lo habría pasado muy mal en cualquier otro empleo.
Fue un futbolista controvertido por la línea de vida que llevaba, cautivo de la noche, amante de la fiesta y mujeriego empedernido. No le gustaba nada el papel de protagonista, él era más bien tímido, un tipo introvertido. Esto se ejemplificó cuando tras su destacable actuación en el Mundial de España 1982 decidió partir de su país natal. Sonaron como destinos, grandes conjuntos de América y Europa, entre ellos Atlético de Madrid o Paris Saint Germain, pero finalmente acabó en un equipo humilde de la liga española el Cádiz Club de Fútbol.
Cádiz fue un lugar en el que el Mágico se sintió cómodo y querido, donde la afición tardó poco en convertirlo en un ícono que aún hoy 20 años después, le vale para ser recordado como uno de los más grandes que han vestido la zamarra amarilla en el Estadio Carranza. A pesar de sus idas y venidas, de los múltiples problemas que tuvo con muchos de sus técnicos y las multas que la directiva se veía obligada a imponerle asiduamente, por sus retrasos en entrenamientos y otros actos indisciplinarios, su carisma y sobre todo su juego en el césped le valieron como escudo para resguardar todo lo que se extrapolaba del ámbito deportivo.
La variedad de recursos con los que contaba era inigualable, pocos se acercaban a lo que él con su calidad aportaba, muchos lo comparaban con Maradona, e incluso el mismo 10 de Argentina en más de una declaración ha corroborado que el Mágico ha sido de los mejores jugadores que vio jamás. Un juego el suyo de delicatessen, de zancada al trote aportando elegancia y majestuosidad, unos quiebros y regates que lo hicieron pionero de la ya hoy más conocida elástica, una inteligencia que además de verse materializada en goles de fantasía de todo tipo vaselina, tacón, carreras kilométricas en las que esquivaba a gran cantidad de rivales también se veía reflejada en la capacidad para facilitar el juego a sus compañeros.
Tras dos temporadas en el Cádiz, en el verano de 1984 el FC Barcelona de Julio Cesar Menotti y de Diego Armando Maradona se lo llevó de gira por los Estados Unidos. Lo que parecía iba ser el paso definitivo en el despegue de este tremendo crak, se vio de nuevo truncado debido a su personalidad peculiar. En este caso lo que llevó al Barcelona a echarse atrás vino corroborado con una anécdota, en la que tras saltar la alarma de incendios del hotel donde se alojaba el conjunto catalán, y después de que todo el conjunto saliera fuera del recinto, una vez hecho el recuento, se viera que Mágico era el único que faltaba, la causa fue que se había quedado en la habitación con una mujer.
Una vez más pecando de díscolo, regreso a Cádiz y por conflictos con Joanet (entrenador en la 84/85) fue vendido. El camino le deparó una opción que parecía quedarle pequeña a este maravilloso y despiadado atacante, se produjo su llegada a un Valladolid en el que no disfrutó. Agobiado y presionado por el club no pudo llevar a cabo ese dogma suyo que era el que lo hacía tan irresistible “Yo me tomo el fútbol como un juego, no cómo un trabajo, sino fuera así, no sería yo.”
Tras este periplo, decidió volver a Cádiz en la temporada 1986-1987 donde permanecería hasta los 33 años, en el año 1991 regresaría a su país donde jugaría en el FAS hasta el año 2000.En definitiva un jugador que pudo ser leyenda por todo el talento que contenía, pero que sólo quedó en genio por ese instinto bohemio-canalla que lo hizo vivir como un obrero de mono azul, en un mundo del fútbol donde las maneras comenzaban a ser de caballeros con trajes y corbata.
Mágico González: "Mi obsesión siempre fue pasarlo bien. Quise ser feliz sin pisotear a nadie".
Marco Beato Tornay.
@MarcoBeatoTorn
Categoría: Cádiz
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