Iba para crack y se quedó en... Xisco Nadal

Dani Rivera | 16:23 | viernes, 3 de febrero de 2012 | 0 comentarios |


Xisco Nadal celebra un gol con el Levante

Parecía que aquel día el Villarreal estaba abocado a la derrota. El penúltimo partido de la temporada iba a morir con aquel 2-1 en el luminoso del Estadio Olímpico Lluís Companys de Barcelona pero ya en el tiempo de descuento el canterano Xisco Nadal, que había debutado con el submarino amarillo en la jornada veinte de la mano de Benito Floro, anotó el gol del empate para el conjunto castellonense.

Aquel día compartía alineación con Martín Palermo, Víctor, Pepe Reina, De Nigris, Belleti o Ballesteros, con el que se encontraría años después, pero sin embargo al día siguiente todas las portadas fueron para él. Ese tanto no tenía mucho valor para la clasificación pues las aspiraciones de acceder a la extinta Copa Intertoto pasaban por la clasificación del F.C. Barcelona para la Copa de la UEFA, pero sin embargo, su gol logrado en los compases finales del Espanyol – Villarreal de la temporada 2002 – 2003, le convirtió en el futbolista más joven de la historia en enviar un balón a las mallas de las porterías de Primera División. Aquel día tenía dieciséis años y trescientos cincuenta y tres días y su récord le batiría el jugador del Athletic, Iker Muniaín en el José Zorrilla con dieciséis años y doscientos ochenta y nueve días.

De pronto se convirtió en la referencia de la cantera del Villarreal, en la esperanza castellonense para dar el siguiente paso y pelear temporada tras temporada por el título de liga. En el verano del 2003 se marchó al Mundial sub 17 donde fue titular indiscutible en la delantera disputando seis partidos. Aquella selección, cuyo máximo goleador del torneo fue Cesc Fàbregas, logró el subcampeonato tras perder la final frente a Brasil. El meta del Real Madrid Antonio Adán, el mediapunta del Manchester City David Silva, el centrocampista del Benfica Javi García, su compañero en el Villarreal César Arzo o futbolistas como Jurado, Sergio Sánchez, Marcos Tébar o Sisi fueron sus compañeros en aquel Mundial de Finlandia. En mayo de ese mismo año ya había estado en el Europeo sub17 tras debutar en liga con el Villarreal frente al Osasuna en febrero.

En el mercado de invierno hizo las maletas rumbo a Soria. En el Numancia tendría los minutos que se le habían negado en el Villarreal donde aún no había jugado nunca en el once inicial. Quince partidos y un gol en medio año. Pese a los números, más bien discretos, el Villarreal continuó confiando en el joven Xisco Nadal pero desde el verano de 2004 hasta el invierno de 2006 apenas jugó en once partidos de liga volviendo a dejar el uno en la casilla de goles.

En enero del 2006 se le cede de nuevo, esta vez al Hércules de Alicante donde no consigue firmar ni un sólo tanto en los dieciséis partidos que disputa. Regresa entonces al filial del Villarreal con una aparición fugaz en liga con el primer equipo y el club amarillo, viendo el estancamiento de su otrora mayor promesa le abre las puertas de salida en el mercado invernal y Nadal ficha por el Granada 74.

En medio año logra hacer un buen papel en un equipo de nueva creación que acababa de comprar la plaza en Segunda División al malogrado Ciudad de Murcia, lo que le vale su fichaje por el Levante. En el Ciudad de Valencia permanecerá tres años con una trayectoria muy irregular que culmina la pasada campaña, cuando acaba contrato con la entidad granota y no renueva.

Le llegan ofertas para jugar en el extranjero, en países como Grecia o Rusia, incluso en la Segunda División, pero él las desestima. Prefiere “estar en casa tranquilo, estar con la gente que me quiere que es algo que a veces se valora mucho”. Simplemente quiere ser feliz jugando al fútbol y es entonces cuando toma la decisión, se presenta con unos amigos en las instalaciones del modesto Alqueries, equipo de la Primera Regional Preferente valenciana.

El presidente y el coordinador del Alqueries no salen de su asombro y esgrimen que no podrán hacer frente a su ficha. El jugador les tranquiliza. Xisco quiere volver a sentirse futbolista a amar el deporte que tan pronto se convirtió en su profesión. Firmó únicamente hasta diciembre pero a día de hoy aún continúa en el conjunto castellonense de Alquerías del Niño Perdido, una localidad que apenas dista unos kilómetros de Villarreal, el lugar donde comenzó a forjar sus sueños y desde donde ahora, todavía con 25 años, pretende relanzar una carrera que le ha llevado de Primera División a Primera Regional.

Dani Rivera

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